El Pueblo de Tsumago en Nagano (Ruta Nakasendo).
Tsumago, o Tsumago-juku, es una joya oculta en el valle de Kiso ubicada en la prefectura de Nagano. Este pintoresco pueblo de postas en la región de Chubu fue una de las paradas más importantes en la histórica ruta Nakasendo, un antiguo camino que unía Edo (actual Tokio) con Kioto durante el período Edo. Caminar por Tsumago es como retroceder en el tiempo y sumergirse en el Japón feudal.
La Historia de Tsumago y la Ruta Nakasendo
Tsumago floreció durante los siglos XVII y XIX como un importante pueblo de postas, proporcionando descanso y alojamiento a los viajeros, incluyendo samuráis y comerciantes, que recorrían la ruta Nakasendo. Sin embargo, con la llegada del ferrocarril a finales del siglo XIX, Tsumago cayó en el olvido, y gran parte de sus estructuras comenzaron a deteriorarse.
A pesar de su declive, los lugareños decidieron revivir su antiguo esplendor durante la década de 1960. Este esfuerzo de conservación resultó en la restauración de edificios históricos, devolviendo a Tsumago su apariencia del período Edo. En la actualidad, es un modelo de preservación cultural y uno de los destinos mejor conservados de Japón, protegido por un estatuto que prohíbe la venta, alquiler o destrucción de sus edificaciones históricas.
Explorando Tsumago: Un pueblo detenido en el tiempo
Al llegar a Tsumago, lo primero que llama la atención es su atmósfera auténtica. La calle principal del pueblo está llena de edificios tradicionales de madera, algunos de los cuales funcionan como ryokan (posadas tradicionales), tiendas de artesanía y pequeños restaurantes. Los coches están prohibidos en gran parte del pueblo, lo que permite disfrutar de una experiencia tranquila y envolvente, sin las interrupciones de la modernidad.
Entre los edificios históricos más destacados se encuentran el Honjin y el Wakihonjin, antiguas posadas que alojaban a funcionarios de alto rango. El Honjin ha sido reconstruido para reflejar su apariencia en la década de 1830, mientras que el Wakihonjin conserva su estructura original y alberga exposiciones sobre la historia de Tsumago.
Además, es recomendable visitar el templo Kotoku-ji, fundado en el año 1500. Este templo destaca por su suelo «chirriante», un ingenioso sistema que alertaba a los residentes de posibles intrusos.
La Ruta Nakasendo: Caminata de Tsumago a Magome
Una de las actividades más populares entre los visitantes de Tsumago es recorrer a pie la ruta Nakasendo que conecta el pueblo con Magome, otra parada histórica a unos 8 kilómetros de distancia. Esta caminata, que dura entre 2 y 3 horas, es una de las mejores maneras de sumergirse en la naturaleza del valle de Kiso. El sendero serpentea a través de densos bosques, pasando por antiguas granjas y cascadas.
El recorrido incluye paradas en sitios naturales emblemáticos, como las cascadas de Otaki y Medaki, donde antaño los viajeros realizaban rituales de purificación. El sendero también pasa por una tradicional casa de té donde los caminantes pueden descansar y disfrutar de un refrigerio. Para aquellos que no quieran caminar de regreso, un servicio de autobuses conecta ambos pueblos, haciendo de esta una actividad accesible para todos los niveles de condición física.
Un viaje inmersivo a la historia de Japón
Tsumago no solo ofrece una ventana al pasado, sino que también permite disfrutar de la belleza natural de la región. Rodeado de montañas y con un aire tranquilo, el pueblo es un destino ideal para quienes buscan una experiencia auténtica y relajante. La dedicación de los lugareños a preservar su patrimonio ha hecho de este lugar una parada esencial para los amantes de la historia y la cultura japonesa.
Ya sea explorando sus antiguos edificios, disfrutando de una caminata por la ruta Nakasendo, o simplemente contemplando la serenidad del valle de Kiso, Tsumago ofrece una experiencia única que transporta a los visitantes a una era pasada.
Deja una respuesta